viernes, 10 de septiembre de 2010

LOS LADRONES DE YACOM. CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE




CARTA DIRIGIDA AL PRESIDENTE Y OTROS SIETE EJECUTIVOS DE YACOM, a día de hoy sigo sin línea telefónica y sigo sin poder comunicar con ellos. Además ya me han emitido la primera factura por un importe superior al que me han vendido en la tienda... ¿Esto es robar o no?


Sr. Presidente:

Yo también he sido directivo de una gran empresa y sé el valor que tiene el tiempo para usted. Permítame robarle un minuto de este ante la falta de respuesta de la empresa que preside a solucionar un problema tan nimio como dar de alta correctamente una portabilidad solicitada por mí desde telefónica hacia su compañía.

Unos antecedentes rápidos. Con fecha 18 de agosto solicité la portabilidad. El 20 del mismo mes di consentimiento a la misma. El 27 de agosto me envían el Kit de bienvenida (toda una paradoja esta palabra). El 2 de septiembre, según su página web se da el alta de la línea. Y aquí empieza mi calvario. La línea no funciona. Trato de contactar con ustedes por internet y para mi sorpresa no tienen ninguna dirección con la que comunicar. Empieza el suplicio de las llamadas telefónicas al 902902902. El 6 de septiembre consigo comunicar con ustedes y que me atiendan correctamente. El operador que me atiende me dice que hay un cruce de líneas (desconozco donde) y que tiene que venir un técnico a casa. Da de alta la incidencia nº 5016492480. Incidencia que hasta ahora no aparece en su página Web. El día 7 me llama una señorita y queda conmigo en que el técnico irá a mi casa a partir de las 7 de la tarde. Cuando le pido el teléfono del técnico por si se alargaba mi reunión de esa tarde me indica que no me lo puede proporcionar. En cualquier caso yo estaba en la casa a la hora indicada. Al día siguiente contacto con el 900902222 y me dicen que ellos no saben nada ni pueden avisar la técnico, pero que este señor me había dejado una nota en el buzón (dicha nota, nunca he llegado a verla) y que ya me volverán a llamar. El día 8 ante la falta de respuesta vuelvo a contactar con el mismo número y me atiende correctamente el sr. Sergio que pasa de nuevo un aviso al técnico. Hoy día 9 he llamado en diferentes horarios cinco veces al 900902222 y no he conseguido hablar con ustedes. Sus operadores siempre están ocupados.

Para más añadidura, cual no ha sido mi sorpresa cuando al consultar mi cuenta con ustedes veo que ya han girado la primera factura, además por un importe superior al que a mí me vendieron en la tienda cuando solicité la portabilidad.

Ante los hechos que le he relatado mi conclusión es que no me quieren como cliente. Ya que la línea no ha estado activa en ningún momento y lo único que me han ocasionado han sido gastos, malos ratos y mucha pérdida de tiempo le pido amablemente anulen la portabilidad solicitada, me restituyan la línea anterior, anulen la factura emitida incorrectamente y me abonen los gastos de teléfono y de correos que la mala gestión de su compañía me han ocasionado.

He tratado de enviar esta carta por correo electrónico o por fax, pero dado que no disponen de estos medios de comunicación me permito enviarla por correo certificado. El coste es superior, pero dada la organización de Yacom, es más seguro para que llegue a su destino.

Por último, a título informativo, le indico que el número de reclamación que he presentado ante el ministerio de Transportes y Comunicaciones es el 201000050091908, por si quieren agilizar su respuesta.

En espera de que atienda mi petición, le saluda atentamente

miércoles, 8 de septiembre de 2010

Danos paciencia, señor

Hay calamidades en la vida que a veces llegan sin que uno las busque. Simplemente se instalan junto a ti y no sabes cómo librarte de ellas. Al final te resignas como el santo Job y esperas que la costra del paso del paso del tiempo recubra tu calamidad. Hay algunas que no se las puedes desear ni al peor de los enemigos. Os deseo de todo corazón que nunca tengáis un problema con una compañía de teléfonos. Tenerlo es como vivir una pesadilla de película de terror donde te acuchillan por todos sitios y no puedes hacer nada por evitarlo. Lo sufres. Lo padeces. Tratas de escapar del problema y no puedes. Cuando era pequeño, los niños en el pueblo usaban una especie de pegamento (liria, lo llamaban) que fabricaban calentando suelas de zapato y que puestos estratégicamente en los cursos de agua, utilizaban para cazar pájaros. Los animales se quedaban pegados y era imposible escapar de allí. Yo tengo la misma sensación que aquellos colorines pegados a la liria. Revoloteas, intentas escapar, pero es imposible.

Surge el problema, que previamente ellos han generado. Con la mejor intención tratas de arreglarlo. Llamadas de teléfono: "nuestros operadores están ocupados, siga al teléfono". Más llamadas de teléfono. Correos electrónicos. Pasan los días sin respuesta. Y tú con el problema. Piensas irte de la compañía, pero estás atrapado. Tienes un compromiso de permanencia sobre el que no te informaron y te generan un recibo. Puedes no estar de acuerdo con el recibo pero da igual. Tienes que pagar, si no, no te admiten en el paraíso de ninguna compañía. Primero paga y luego, trata de reclamar. Cuando consigues salir y crees que ya has escapado caes en otras garras igual de malignas. Te pueden dejar sin teléfono días infinitos y tú llamas y llamas y llamas y "nuestros operadores están ocupados, continúe a la espera!". Y tú continúas a la espera y pasan los minutos y las horas y los días y nadie da respuesta. Al principio te desesperas, luego te resignas y al final te das cuenta que estás luchando contra una manada de elefantes. Grandes y simples. Que ni siquiera son malos, simplemente son tontos y prepotentes.

Ayer leía en prensa que las compañías telefónicas van a lanzar una campaña para lavar su imagen entre los usuarios. Cuando llevo ocho días sin teléfono y nadie en la compañía da respuesta, el que digan que van a lavar su imagen me parece una broma de mal gusto. Que den buen servicio. Que den el servicio que ofertan. Que cobren precios justos y verán como su imagen se lava sola.

martes, 7 de septiembre de 2010

La Banca (Y las Cajas de Ahorro)

Aunque no sea más que porque llevo treinta y un años viviendo de mi trabajo en una Caja de Ahorros, no tengo más remedio que romper una lanza a favor de estas entidades ante tanto indocumentado que lanza soflamas demagógicas simplemente porque es muy progre y vende bien meterse con la Banca y con la Iglesia. En todo este tiempo he pasado por muchos puestos y he realizado muchas funciones dentro de mi empresa. Le he dedicado una parte muy importante de mi vida y las arrugas y las canas, que hoy luzco con orgullo, en buena parte salieron bajo el aire acondicionado de mi puesto de trabajo.

Hoy escucho en la radio a un señor sindicalista, seguramente liberado y posiblemente viviendo durante años del trabajo de sus compañeros, que la culpa de esta crisis la tiene la Banca. ¡Y se queda tan contento! Seguramente que mientras lo decía, pensaba: ¡qué listo soy, lo que he descubierto! Está claro que viste de rojo meterse con la banca. Parece como si las empresas que se dedican a la intermediación del dinero no tuvieran derecho a cobrar por sus servicios ni por el trabajo que realizan. Nadie cuestiona que unos almacenes tengan un margen (en algunos casos muy elevado) por las ventas que realizan, ni que una gestoría cobre por los servicios que presta. Nadie cuestiona que la Universidad cobre unas matrículas ni que los Ayuntamientos pasen factura por la recogida de basuras. Todo el mundo entiende que los trabajos han de ser remunerados. Todos, menos los que realiza la Banca.

Sr. sindicalista, la culpa de la crisis también la tiene la banca. Como la tienen los promotores inmobiliarios por su ambición y su poca profesionalidad. Los ayuntamientos por jugar a promotores y financiarse con recalificaciones absurdas y dudosas. Los gobiernos autonómicos por ver en la gestión del suelo el nuevo dorado. O el propio Gobierno de la Nación por no parar a tiempo una locura colectiva y hacerse el ciego cuando un problema terrible se nos venía encima . Como quizás también la tenga usted cuando vendió su antiguo piso y con lo que cogió reservó dos nuevos en esa urbanización que tanto le gustaba y que además tenía piscina. Y con lo que sacó por la venta de uno de los que reservó, se pagó el piso nuevo, el coche y la cocina. La culpa de la crisis también la tiene la banca, pero principalmente la tiene la avaricia desmedida que corroe al ser humano y a la que, de una forma o de otra, todos hemos contribuido. La banca y usted también.

Puestos a progresía, echemos el resto y vayamos al límite. Suprimamos la banca y volvamos al trueque. Cambiemos un modelo económico absurdo, basado en el crecimiento continuo e inventemos un modelo sostenible de verdad. Un modelo donde cada uno viva de su trabajo y no del trabajo de los demás. Donde no exista el despilfarro y no haya que desechar cosas en perfecto uso en base a una moda ridícula que nos hace sentirnos fuera de lugar si no vamos de acuerdo con ella. Olvidemos los dogmas ecológicos producto de las modas y cuidemos de verdad el planeta con un consumo racional. Suprimamos la banca. Las carísimas energías renovables. los sindicados con sus liberados. Los invernaderos con su megaproducción que nos dan tomates todo el año a precios razonables. Suprimamos el consumo irracional de energía y pasemos frío en invierno y calor en verano. El que tenga leña que se caliente y el que no que se frote con el vecino. Suprimamos los coches, sobre todos los coches oficiales. Y sobre todo suprimamos la banca y el maldito dinero.