jueves, 6 de septiembre de 2012

Triste día

Hay cosas que nunca pensamos que iban a llegar pero al final han llegado. Para mí hoy es un día triste. Un día tremendamente triste. Un elevado número de mis antiguos compañeros de trabajo, hoy han pasado a estar incluidos en la fatídica estadística del paro. Han cogido sus cosas personales, se han despedido de los pocos que quedan y ya nunca más volverán a lo que ha sido durante muchos años su lugar de trabajo. No quiero entrar en valoraciones de porqué ha sucedido esto. Quizás en otro momento. Hoy sólo quiero tener un recuerdo para todos estos amigos y desearles suerte. Muchas suerte.

martes, 4 de septiembre de 2012

Porco Mondo

Como dice Sabina, "el verano acabo y el otoño duró lo que tarda en llegar el invierno". La vida va rápido, muy rápido. Y si la vives con intensidad, mucho más. Ya estamos a final de agosto y en un abrir y cerrar de ojos empezaremos a decir adiós a las calores y a recibir las primeras nieves (¡ojala!) en las cumbres de la sierra. Inmersos en esta rapidez, las cosas pasan y llegan las noticias que las cuentan y hay cosas que te agradan y cosas que te ponen de mala leche. Y muchas noticias e informaciones te llevan a pensar algo que por la experiencia ya sabemos pero que siempre nos resistimos a creer y es que en el mundo hay muy poca decencia. La verdad es que esto siempre ha sido así, pero no por verdadero hay que terminar aceptándolo.  

Un día de los que veía la televisión este verano, llamó mi atención una noticia en la que hablaban de la durabilidad de los electródomésticos. El reportaje afirmaba algo, que ya empíricamente intuimos y es que todos los cachivaches que actualmente utilizamos para que nos faciliten la vida, están fabricados para que se estropean cuando pase un corto número de años. Los fabricantes "programan genéticamente" sus productos para que tengan fecha de caducidad y así poder vender más. Todos entendemos que la vida de las cosas es finita, pero fabricarlas para que algún componente falle a los cinco o menos años, es, sencillamente una estafa. Es ese tipo de estafa que apenas se conoce y aunque se conozca, es muy difícil luchar contra ella.

Este verano pasaron con nosotros unos días en la playa unos amigos. Días de paella y migas, como siempre. Estaba candente la noticia de la retirada por parte de una popular cadena de supermercados de una serie de productos que no reunían los requisitos sanitarios necesarios. En la sobremesa, como uno de ellos fue empleado de esa cadena de supermercados, salió el tema a colación. Lo que nos contó sobre su experiencia en esa empresa nos puso los pelos de punta. El trato a los empleados. Las consignas maquiavélicas de venta. La destrucción de alimentos con agua fuerte, en vez de donarlos a organizaciones humanitarias. La consideración casi como de secta del equipo de trabajo. La explotación hasta el límite de los proveedores. Con que sólo fuera verdad el veinte por ciento de lo que nos contó ya es razón más que suficiente para hacer la compra en otro sitio. La pregunta es ¿en qué sitio existe decencia suficiente?.

Y a vueltas con las preferentes. No voy a entrar en si el producto es bueno o es malo. Si se ha vendido bien o se a vendido mal. Lo que no puede hacer el personal de una entidad financiera es mentir y decir digo donde dijeron diego. Una amiga pensionista me pidió que la acompañara a su Caja/Banco para tratar de buscar una solución a las preferentes que en su día le vendieron. El mismo Director de Zona y el Director de oficina nos plantearon una solución que aceptamos. Luego han venido dando largas a esa su solución y al final han echado el culo fuera. ¿De qué sirve tener tanta alma en su obra social si los beneficios se consiguen mintiendo a los clientes?

Oyes que a Lance Amstromg le van a quitar los siete Tours que ganó porque iba dopado.

En fin, son noticias que te llegan y cosas que te pasan. Tomas conciencia de que todo funciona como una  gran mentira y hoy sólo se me ocurre decir, Porco Mondo.