domingo, 2 de noviembre de 2014

Educación

Tengo que reconocer que no soy persona de muchos amigos. Las relaciones humanas, sin serme una carga, tampoco son una de mis habilidades. No obstante, de lo que sí me precio es de saber elegirlos. Los pocos que tengo son excepcionales y cada uno de ellos destaca en algún arte, virtud o valor. Para muestra de ello basta un botón. Aquí os dejo el enlace del blog de mi amigo José Manuel, experto en algunas cosas, excelente persona y apasionado del Neuromarketing: Pod(r)emos? . Y ojalá podamos.

La lectura de este artículo ha hecho que, después de tanto tiempo, coja el teclado y me ponga a divagar un poco en mis reflexiones. Son muchas las cosas que hay en el ambiente, que rondan por la calle. Son muchos los sucesos que son noticia. Los casos de trincar se suceden día tras día haciendo que el cabreo de la gente alcance unos niveles cercanos a la explosión. "Estamos hartos", se escucha a los más comedidos. "Estamos hasta lo cojones" dicen los menos cautos. Sea como fuere este rosario de trincaeras está poniendo en peligro nuestra propia convivencia.

Después de casi cuarenta años de democracia hemos perdido el gusto de saborearla. Ya no nos llena ni la valoramos. Hemos dejado de apreciarla. Los que aún recordamos la dictadura, afortunadamente, tenemos ya muchos años. Y los más jóvenes, los que siempre vivieron pudiendo expresar su opinión, quieren algo diferente. Esto no les sirve. "Esta democracia es un pocilga" cantaban el otro día en la calle un grupo de profesionales de la protesta. Y a mi me daba pena oírlos porque no llevan razón. Esta democracia, con todos sus defectos, es el mejor sistema de gobierno que hemos tenido en toda la historia de España.

La democracia, con sus peculiaridades, como forma de gobierno, es inigualable. La inventaron los griegos hace dos mil quinientos años aproximadamente. Luego desapareció para resurgir con las democracias liberales en el siglo XIX. Su andadura no está siendo fácil. Su fuerza proviene de su propia debilidad. La democracia sólo se defiende profundizando en la propia democracia. Las crisis del siglo XX llevaron a algunas naciones a explorar otros caminos. Los comunismos trajeron opresión, cárcel, muertes y ruina económica. Los fascismos trajeron opresión, cárcel, muertes y ruina total. Todos fracasaron, siendo el remedio peor que la enfermedad. Los fascismos perdieron la guerra y están donde tienen que estar, totalmente proscritos. Los comunismos ganaron la guerra y consiguieron una supremacía moral que nunca han merecido. En momentos de crisis aparecen los populismos y las dictaduras, que en muchos casos son lo mismo. Las gentes, cansadas de ladrones, hartas de los problemas económicos, faltas de esperanza, se echan en brazos de mesías que prometen el cielo, sin valorar suficientemente las consecuencias de sus decisiones.

El problema no es el sistema. El problema son las personas que componen el sistema. Sistemas similares al nuestro funcionan perfectamente en el centro y norte de Europa. Funcionan desde hace varios cientos de años y han sobrevivido a muchos avatares. Pero son naciones que se toman muy en serio la "Res-Pública". La cosa pública es importante porque es de todos y a todos afecta y todos la respetan. Este respeto por la res-publica, por los bienes públicos, es fundamental para avanzar en la democracia. Mientras los ciudadanos no valoren los bienes comunes, que proceden del esfuerzo de todos. Mientras los miembros de la comunidad no aprecien las contribuciones del resto de sus conciudadanos. Mientras no aprendamos que la libertad de cada uno termina donde empieza la de su vecino, difícilmente podremos mantener esta democracia. Y eso sólo se aprende aprendiendo.

Desde el primer momento que un régimen toca poder, fundamentalmente se afana por controlar dos cosas, los medios de comunicación y la educación.Cuando los soviéticos tomaron Berlín en la segunda guerra mundial, se encontraron que estaba defendida por adolescentes, miembros de las juventudes hitlerianas, a los que una educación programada les habían hecho creer en las bondades de un régimen nefasto y destructivo. Una educación decente, profunda, que transmita los valores democráticos, es esencial para un amplio desarrollo de la convivencia. La libertad sólo se consigue con la educación. Podremos ser ricos o pobres, pero solamente seremos libres si somos capaces de tomar nuestras propias decisiones. El conocimiento de las cosas. La capacidad para valorar la bondad de los hechos en base a nuestros propios principios. Evitar la manipulación y la demagogia, sólo se consigue con una educación de calidad.

Si queremos exigir un sistema democrático, exijamos educación democrática.



lunes, 30 de junio de 2014

Las Sicav y la Estulticia

Si digo que una Sicav es una sociedad de inversión de capital variable que forma parte de las Instituciones de Inversión Colectiva, estaría diciendo algo tan cierto, como que la tierra gira alrededor del sol y tan incomprensible para el común de los mortales, como la estructura del átomo. Ahora bien, si digo que es una forma de ahorrar igual que invertir en un fondo de inversión, comprar una casa o contratar una imposición a plazo fijo, quizás nos vayamos entendiendo mejor. Vamos a suponer que este blog llegaran a leerlo mil personas que después de diez años de trabajo hubieran conseguido ahorrar cada una 2.400€. Vamos a suponer que yo fuera tan persuasivo para convencerlos de las bondades de las Sicav y los mil se decidieran a constituir una de estas sociedades para invertir sus ahorros y poder gestionarlos de acuerdo con sus criterios de riesgo e inversión. Pues podríamos hacerlo. Cada uno invertiría sus dos mil cuatrocientos euros ahorrados y entre todos tendríamos invertidos 2.400.000 que es el capital mínimo exigido.A partir de ahí podríamos ganar o podríamos perder. Esa sociedad o Sicav que habíamos creado pagaría cada año el 1% de sus ganancias. Yo, de mis 2.400 € no pagaría nada hasta que no me los llevara. Seguimos suponiendo y suponemos que después de tres años vendo mi participación y me llevo 3.000€. En ese momento pagaría lo que correspondiera de los 600€ que habría ganado. Hasta ahí, todo normal. Lo mismo pasaría si invierto en una casa, si adquiero un local o si compro acciones del Banco de Santander. Pagaría impuestos en el momento de la venta, por los beneficios obtenidos, de acuerdo con las normas tributarias. 

Esta tarde escuchaba en la radio que este tipo de inversiones son legales pero no son éticas. El mismo argumento que ha llevado a dimitir de su escaño a un flamante pero antiguo eurodiputado que se ha enterado por casualidad que tenía alguna participación en este tipo de sociedades. La estulticia de algunas personas, por desconocimiento o por maldad, no tiene límite. 

¿Donde está el problema de las Sicav? Que lo tienen. Imaginaros que yo soy un tío de pasta. De mucha pasta. Cien millones de Euros. O más.Y que necesito invertir controlando la inversión y pagando los mínimos impuestos. Pues creo una Sicav. Busco a 99 personas (el mínimo para constituir una Sicav son 100 socios) que pongan el 0,01% del capital y el 99,99% es mío. A partir de ahí tengo una inversión de 100 millones de euros de la que sólo pago el 1% de los beneficios que genere. Ese es el problema, que un instrumento que se ha pensado para que inviertan muchas personas, se tergiversa su uso y mediante un fraude de ley se utiliza para algo para lo que no estaba pensado. 

Puestos a dimitir que dimitan por pedir una factura. Solicitar una factura es lo habitual, es lo legal y es lo correcto. Lo que no es legal es pedirla sin Iva. ¿Entonces? Que se persiga el fraude, pero no el instrumento.


martes, 27 de mayo de 2014

LA PREGUNTA DE YALI

Mi amigo Paco es un hombre inteligente, de gran memoria. Más que culto, tremendamente cultivado. No sé como se las arregla, pero siempre puede intervenir en cualquier conversación hablando con fundamento del tema que se debata. El día que él quiera, será más que un crack, porque un crack ya lo es. Pero tiene que querer. Su conversación es amena, aunque verse sobre el tema más complejo. El otro día, charlando sobre los orígenes de la humanidad me contaba la historia de la pregunta de Yali. Yali era un aborigen de Nueva Guinea de una curiosidad insaciable que en una conversación con un geobiólogo blanco le preguntó porqué los blancos habían llegado a su tierra con tanto "cargamento" y los habían sometido. Jared, el geobiólogo le respondió que los blancos tenían unas armas más poderosas y una tecnología superior. A lo que Yali contestó que eso era evidente, pero ¿porqué tenían esa tecnología?. A raíz de esa conversación Paco me recomendó el libro "Armas, gérmenes y acero" de Jared Diamond. Libro que estoy leyendo y que, a quién tenga algo de curiosidad por estos temas, recomiendo fervientemente. 

El profesor Diamond sostiene que unos siete millones de años A.C. la raza de los homínidos se separó en tres ramas. Una se convirtió en los actuales chimpancés. Otra en los gorilas y la tercera en los actuales humanos. Según el estudio de los fósiles, estos inicios se produjeron en África. Lugar de donde, a lo largo de millones de años, fuimos poblando todos los lugares de la tierra. El mapa que reproduzco del libro explica con tremenda claridad cómo, cuándo y dónde los humanos se fueron expandiendo por todos los continentes hasta no dejar libre ni un solo hueco del planeta.


Desde los orígenes de Africa, la raza humana fue evolucionando, expandiéndose. Y palmo a palmo, metro a metro, fue ocupando todos los lugares de la tierra hasta llegar a dominarla de tal manera que apenas hemos dejado espacio para otras especies de animales. Tanto hemos evolucionado, que llegamos a inventar la democracia para que esta cantidad de bichos que poblamos el planeta consigamos vivir de una forma medio decente consiguiendo una entente cordiale . 

Después de tanta evolución, llegamos al domingo pasado, donde unos cuantos millones de europeos pusimos nuestro voto en las urnas para elegir un parlamento que muy pocos saben para qué sirve y al que la mayoría nos tomamos a broma, utilizando dichas votaciones para darle el estacazo al gobierno de turno. Lo que pasa es que en esto de votar a la contra mucha gente se ha pasado tres pueblos. Ahí tenemos a los franceses dándoles la mayoría a un partido ultraderechista, xenófobo y racista, similar a algún otro que ya lió una buena tangana (por decirlo de forma suave) en Europa no hace tanto tiempo. Esto de la xenofobia es algo que nunca he terminado de entender, pero desde que vi el dibujo del profesor Diamond me parece una de las cosas más ridículas que puede pasar por una mente humana. Si todos venimos del mismo sitio, el ser emigrantes sólo es cuestión de tiempo. En algún momento, a lo largo de los últimos siete millones de años, alguno de nuestras antepasados cogió la maleta y se fue a otro sitio. ¿De dónde le viene la superioridad a estos racistas?. Lo siento por ellos, pero emigrantes somos todos.

Por cierto, el que quiera saber la respuesta a la pregunta de Yali, que lea el libro

domingo, 18 de mayo de 2014

Líderes

Normalmente, prácticamente a diario, me gusta ojear la prensa digital para tratar de estar al día en los asuntos más perentorios que suceden a mi alrededor. Hace tiempo que perdí la buena costumbre de sentarme a leer el periódico y, con calma y sosiego, leer noticias y artículos de opinión. Lo que he perdido en calidad lo he ganado en inmediatez y en diversidad. Cuando antes leía uno o a lo más dos periódicos, ahora puedo ojear titulares y leer artículos de prácticamente toda la prensa digital, con lo cual puedo llegar a entender la noticia y a formarme mi opinión sobre ella de una manera más imparcial de lo que podía hacerlo antes. 


El otro día, en uno de estos repasos periodísticos vi una foto dónde se mostraba a señores (y señoras) elegantes, serios, reflexivos, escuchando muy atentos la disertación de uno de ellos. El titular de la foto estaba rubricado con la palabra: "Líderes". Esta palabra me llamó poderosamente la atención, ya que últimamente la palabra líder ha aparecido con cierta frecuencia en diferentes ámbitos en los que me he desenvuelto.

Cuando trato de entender el concepto de alguna palabra siempre me gusta consultar su etimología para comprender mejor la esencia de su significado. El latín y el griego, con frecuencia, suelen aclararnos mucho de lo que a veces no entendemos en español, pero en este caso no es el caso. Líder es un anglicismo, que como tantos otros últimamente, hemos adoptado en castellano. Lo que nos indica el diccionario de la RAE es lo siguiente: (Del ingl. leader, guía).  O sea una palabra de origen inglés cuyo significado es guía. Este significado enseguida trajo a mi memoria la definición que mi amiga Carmen de Bellas Artes me dio el otro día hablando de la falta de liderazgo existente en nuestra sociedad. Según Carmen, líder es el que se pone al frente del grupo, lo estimula, lo enaltece, lo respeta y trata de mostrarle el camino para llegar a un buen fin. Y todo lo anterior, dando ejemplo de cómo se hacen las cosas.

Si asumo como buena la definición de Carmen, se me hace bastante difícil encontrar algunos líderes en esta sociedad en que vivimos. Encontrar gente que se ponga al frente del grupo es tremendamente fácil. Son muchos los que quieren mandar, estar en el candelero, salir en la prensa. Son legión los que "matan" por estar en las listas, por llegar a la cúspide, por conseguir el aplauso, pero no sé si encontraremos alguno que estimule a su gente, que la enaltezca respetándola y que le sirva de guía para conseguir un buen fin. La mezquindad en los que mandan es moneda común. La falta de respeto hacia los compañeros y subordinados, cuando no la amenaza y el chantaje están presentes con demasiada frecuencia en muchos ámbitos de la vida política y laboral. La escasez de miras a largo plazo para buscar objetivos ambiciosos y encontrar los medios para lograrlos es lo más común en la mayoría de nuestros "líderes". Y además, muy pocas veces son ejemplo de nada bueno, antes bien, mejor no los imitemos nunca.

Si al final Carmen va a llevar razón. Líderes de traje y boquilla hay a montones, pero LÍDERES con mayúscula, vamos a empezar a buscarlos hasta que encontremos alguno. Suerte para quién lo encuentre. 

domingo, 4 de mayo de 2014

El aura

La otra mañana amaneció deliciosa en Granada. Estos días finales de abril, si el tiempo se porta, da gusto pasear por las calles del centro. Los turistas más madrugadores ya se arremolinan formando grupos por las plazas más típicas dispuestos a comenzar el periplo cotidiano con las cámaras en ristre. Yo había quedado con mi amigo Pepe para hacer unas gestiones a ver si conseguimos cuajar alguno de los proyectos que nos rondan por la cabeza. Lo bueno de estar en paro (que algo bueno tiene) es que el tiempo toma otra dimensión. Se hacen muchas cosas, pero el ritmo es diferente a cuando estás sometido a la dictadura del reloj. Aunque el dinero es escaso, como el tiempo nos sobra, decidimos tomar un chocolate con churros en la plaza de BibRambla. Y allí que nos sentamos como dos señores a disfrutar de la mañana y del platico de churros. Cuando ya degustábamos nuestro excelente chocolate, sentimos como una presencia sobrenatural. Algo en el ambiente se salía del devenir cotidiano transmitiéndonos una extraña sensación.Una vibración sobrehumana trataba de llegar hasta nosotros. Al principio los dos miramos hacia la torre de la catedral  por si un efluvio divino emanaba de sus muros. Pero ninguna luz extraña salía de sus ventanales. La gente paseaba tranquila sin que de su presencia advirtiéramos ninguna sensación sobrehumana. De repente vimos el aura. Detrás de nosotros había una larga mesa, pulcramente habilitada con blancos manteles y servilletas de lino y adornada con pequeños jarrones con flores. Era la única mesa en nuestro entorno adornada de esa manera.  Los demás simplemente utilizábamos servilletas de papel. Un aura celestial rodeaba a los comensales (desayunadores matutinos). Los caballeros, de traje riguroso y las señoras, muy vestidas ellas. Todo eran parabienes y aleluyas. Las sonrisas, presentes en todas las bocas, eran amplias, tan amplias que quizás faltaran churros para poder rellenarlas. Esa mesa, como caída del cielo, sin duda, no parecía estar en el sitio adecuado. Esa guapura. Esa simpatía. Ese caché. Ese tronío no pertenecían al mundo de los mortales. Los demás, ni teníamos servilletas, ni teníamos manteles, ni teníamos flores, sólo teníamos nuestros chocolates con churros y muchas ganas de pasarlo bien. Pasado un rato y cansados de mirar y remirar a ver de dónde podía emanar esa presencia tan especial, de pronto, como San Pablo, caímos del caballo y nos dimos cuenta de lo que pasaba. No era nada sobrenatural. Simplemente eran políticos. Políticos guapos de moda en campaña, dispuestos a pedir el voto a la gente que come churros sin mantel. 

viernes, 25 de abril de 2014

Grupo abierto

No soy yo muy de citar frases. Ni mi memoria, ni quizás tampoco mis conocimientos, me permiten ir por la vida citando autores. Ya me gustaría a mí tener la cabeza de mi amigo José Manuel, que a poco que leas algo suyo ya tiene varias citas en el papel con un amplio conocimiento de obra y autor. A pesar de este impedimento mío, hoy sí voy al citar al maestro Ortega y Gasset con aquella frase épica de "yo soy yo y mis circunstancias". No sé si viene a cuento, pero sí es cierto que todos estamos condicionados en nuestros pensamientos, en nuestras creencias y en nuestras opiniones por el entorno donde nos movemos. Por aquello que oímos. Por aquello que cotidianamente vemos. Y yo hay cosas que veo y que no me gustan nada. Estoy hablando ahora del mundo laboral. Creo que esta crisis (maldita crisis) ha traído un retroceso importantísimo para los trabajadores de este país. Y no sé si ha sido tanto desde un punto de vista legal o más bien se ha producido en los comportamientos y actitudes de los que mandan. No voy a entrar en los aspectos legales de los cambios. Esos que los valoren los expertos y que nos digan de una vez el modelo económico y de sociedad que quieren para España. Si la competitividad la vamos a ganar bajando sueldos o mejorando la productividad de las empresas con inversiones e imaginación. Me preocupa mucho más el mundo de los comportamientos de los directivos. Algo importante se ha movido en ese terreno. Tengo la impresión, quizás sea sólo una impresión, de que la vida laboral de los trabajadores se ha convertido en un pequeño infierno con actitudes de gestión cercanas a la esclavitud. Las presiones, los chantajes, los malos modos, las voces y los insultos, incluso , han salido a la luz de una forma descarada y soez. Estas actuaciones, que siempre han podido existir de una forma larvada, se han destapado sin miramiento ante la falta de trabajo y la necesidad de sobrevivir. Hoy se traga mucho más. Se aguantan muchas más cosas bajo el chantaje de que te vas al paro y te dejo sin trabajo. Y además, se aguantan muchas cosas que no son necesarias para el trabajo ni para la supervivencia de la empresa. Simplemente, en los momentos extremos, se desarrolla con más vehemencia el lado oscuro del ser humano y aparece el miedo. Se crea la cultura de la divinidad. El presidente es dios y cualquier jefe con mando en plaza pertenece al coro de los ángeles. Y ni a dios ni a los ángeles se les cuestiona nada ni se les lleva la contraria. Aparece el poder de la condenación eterna. El representante divino se arroga la potestad de enviarte a las tinieblas del paro y ante eso cualquier rodilla se inclina. 

¿Visión catastrofista?, sí, pero es la mía. Es la que tengo porque es lo que a diario veo. Sin duda me va a venir bien asistir al foro de Grupo Abierto que vamos a celebrar en el Palacio de Congresos de Granada el próximo martes, 29 de abril a las seis de la tarde, para debatir sobre la gestión de recursos humanos en tiempos de austeridad. Quizás, el compartir opiniones con empresarios y trabajadores, aporte a mi mente nuevas imágenes y nuevas ideas que hagan un poco menos subjetiva la visión que hoy tengo de un mundo de empresa esencialmente divino.

Si alguien quiere asistir, puede hacerlo mandando un correo a la dirección incluida en el folleto. Puede ser interesante


sábado, 19 de abril de 2014

Mi pequeño homenaje

No recuerdo a ciencia cierta cuándo fue. Probablemente, por los datos de la foto, un cinco de marzo de 2006. Si nadie lo desmiente, yo en esa fecha me encontraba de viaje en Cartagena de Indias. Un viaje de placer con muchos compañeros de trabajo en una ciudad realmente maravillosa que ha sabido guardar con un mimo excepcional la esencia de sus orígenes. Como todos los viajes organizados por esa empresa, el de Cartagena de  Indias también fue un viaje estupendo. Los paseos por sus calles coloniales. El sabor a la España antigua. La visita a las tiendas de esmeraldas. El paseo, frustrado para mí por motivos que no vienen al cuento, en galeón por la bahía, regado con abundante ron colombiano. El frescor de sus casas coloniales. Cartagena de Indias es una ciudad para perderse mucho tiempo entre sus calles.


Y allí estaba Él. Una de las noches, mientras cenábamos en el hotel, alguien me dijo: "García Márquez está en el bar". Yo al principio pensé que era una broma. No sería la primera vez. Pero el compañero insistía en que era cierto, que estaba con una señora elegante tomando una copa en el bar del hotel. A partir de ahí no me lo pensé dos  veces. Yo, que nunca he sido lanzado para abordar a nadie, dejé mi cena tal cual estaba y corrí hasta la tienda del hotel para comprar un libro suyo con la intención de que me lo dedicara. Pero ahí no me acompañó la suerte. Era demasiado tarde y la tienda ya estaba cerrada. Tampoco me importó mucho. Me fui para la mesa donde estaba con su acompañante y excusándome como pude creo que le dije lo siguiente: "Perdonen que les moleste, pero soy un español ferviente admirador suyo y sólo quería saludarle". Él muy tranquilo, a pesar de mi intrusión, me respondió las siguientes palabras: "Encantado de saludarle, pero yo no soy digno de admiración". Ante esta respuesta, en un primer momento llegué a pensar que me había equivocado de persona, que a lo mejor no era García Márquez,  pero enseguida me di cuenta que el hombre que tenía delante era mucho más grande de lo que yo pensaba. Un escritor de su valía me decía que no era digno de admiración. La de vueltas que le he dado a esas palabras pensando en la cantidad de cantamañanas que van sacando pecho por la vida sin haber hecho nada para merecerlo. Después vino la foto y la despedida. Y yo me vine para España con la gran ilusión de haber saludado al maestro.
Gracias D. Gabriel

lunes, 14 de abril de 2014

¿Será mi perro nacionalista?

Nunca fui yo muy amigo de perros, pero desde hace año y medio aproximadamente comparto tiempo y espacio con un estupendo perro labrador. Bianco para los amigos. Es juguetón, cariñoso, familiar, cabezón, amable, noble. En fin, un carácter típico de su raza. Tan bueno es el bicho que, a pesar de nuestras diferencias de criterio en algunos aspectos, le estoy tomando cariño. Normalmente nos llevamos bien. Paseamos juntos. Nos divertimos juntos. Yo le doy su comida. El me da lametones. Nuestra convivencia es plácida y agradable hasta que aparece el tema territorial. Es en ese aspecto donde existe una guerra larvada que, en algunos momentos, estalla en una crisis política de alto voltaje y que puede terminar llevando nuestra relación de convivencia a una situación insostenible. Principalmente por motivos de higiene, Bianco tiene limitado el paso a zonas sensibles de la casa como son el dormitorio y la cocina. El resto todo es suyo y por allí campea a sus anchas, pero, especialmente la cocina, quiero que sea territorio vedado. Y ahí es donde comienza el conflicto. Bianco es inteligente y él sabe con claridad donde están sus límites. El marco de la puerta de la cocina marca la separación de nuestros territorios. Él lo conoce, a veces lo admite, pero casi nunca lo respeta. Una y otra vez insiste e insiste e insiste e insiste, hasta que una vez me pilla con la moral baja o la ternura subida y yo, por hacer una gracia, le franqueo el paso. ¡Derecho consolidado! Es lo peor que se puede hacer. A partir de ahí la guerra se incrementa. Una vez que le he dado un trozo de comida o le he propiciado una caricia dentro de la cocina, Bianco interpreta que es territorio libre y lo sigue intentanto "ad eternum". Nunca se cansa. Nunca se da por vencido.Una y otra vez trata de traspasar el umbral que tiene asignado. Aprovechándose de mi debilidad va consiguiendo losetas de la cocina. Una a una. Poco a poco. Sin descanso hasta conseguir su objetivo.
El otro día mientras desayunaba, escuchaba en la radio una tertulia matutina sobre cierto conflicto nacionalista. Bianco con las patas delanteras en sus losetas conquistadas, me acompañaba en mi tranquilidad. Hablaban de las cualidades y características de ese tipo de ideología. Persistente, astuta, cansina, demagoga, aprovechada, insistentes, erre que erre, erre que erre, y más de lo mismo.... De pronto me surgió una terrible duda: ¿será mi perro nacionalista?

sábado, 4 de enero de 2014

Adios a Mizoran

Según acabo de ver en las entradas de este blog, era el 16 de marzo de 2012  cuando publicaba un artículo en el que expresaba mi alegría por la asignación de orfanato a una persona muy cercana a mí. Aquello parecía un gran paso. Un paso importantísimo hacia la consecución del objetivo final que no era otro más que la llegada de ese pequeño personaje que tanto se desea. En aquella fecha, después de dicha noticia, parecía que la asignación de un pequeño parecía más que inminente. Ya sabíamos el sitio de donde vendría. Miramos fotos. Contactamos con personas que tenía niños de allí. Retroalimentamos la ilusión sin pensar que esto no funciona así. El orfanato estaba en el estado Indio de Mizoran. Después de casi dos años de silencio y espera, Mizoran se ha diluido en la bruma del tiempo. Durante este tiempo nadie dice nada. Silencio y más silencio. Y mucha espera. Llega un momento en el que casi te olvidas que estás enfrascado en un proceso de adopción. Ha pasado un año y nueve meses, pero cuatro largos años desde el inicio de los trámites. Un año y nueve meses en el que juegan con las esperanzas y los anhelos de la gente como si fuera un trámite burocrático más. En todo este tiempo no ha habido ni un solo niño en dicho orfanato que merezca ser adoptado. 

Al cabo de este tiempo comunican el cambio de orfanato. Esta vez no sé como se llama. Tampoco nos importa. Si tiene que ser, será, y si no, a otra cosa. Sólo un ruego, que no jueguen con la gente.