Esta pandilla de políticos que nos gobiernan, han conseguido que deje de sentirme andaluz. Ese concepto, tan amplio y rico, que abarcaba desde los desiertos de Almería hasta las marismas de Huelva, donde en principio cabían muchos paisajes, muchos folclores, muchos acentos, muchas formas de ser... ese concepto ha dejado de tener sentido para mí. Los que nos gobiernan confunden las partes con el todo y lo que entienden que es bueno para Sevilla y para ellos, entienden que es bueno para Andalucía. ¡Que craso error! Si ellos defienden sus intereses y los intereses sevillanos, están defendiendo Andalucía. Si un granadino defiende su tierra, sin piedad es tachado de cateto localista. ¡Pues no señor! ¡Ya está bien de aguantar tanta desidia por esta tierra!. No vamos a consentir que nadie nos llame catetos por defender lo que creemos que tenemos que defender. Este imperialismo sevillano empieza a asfixiarme. Que se queden con su Andalucía, que aquí no la necesitamos.