Son días de frío y agua. Y la humedad y el frío que provocan, calan lentamente en el ánimo de la gente que me rodea. Como la crisis, esta crisis que no existía y que como dure un poco más terminará llevándose por delante un trozo de nuestra vida hecha jirones. Pero yo, como Zapatero, optimista imperterrito, estoy seguro que algún día volverá a salir el sol y el cielo azul, que brilló durante tantos días de sequía, volverá a brillar y volveremos a suspirar por una nube con agua.