Dice mi amigo Marcelino que tengo cierta querencia a escribir sobre temas relacionados con mi antiguo trabajo. Quizás sea verdad. Tendré que repasar todos los artículos escritos en este blog y hacer un análisis estadístico sobre los diferentes temas que he ido tratando, pero seguro que si lo dice Marcelino, sin duda que es verdad. Creo que esa querencia es normal en todas las personas. Salvo los que saben de todo, véase ciertos comentaristas, el resto solemos hablar de aquello que nos es más cercano por proximidad o por conocimiento. Y para mí, por desgracia en los tiempos que corren, el mundo de la banca/cajas, me es tremendamente cercano. No en vano, en él he trabajado durante más de treinta y dos años y un día, sin que sea una condena, hasta que el sutnami que ha destrozado el País me llevó por delante junto a miles de compañeros. Así que si hay alguien responsable de la crisis en este país, ese soy yo.
Precisamente por mi presunta responsabilidad en todo lo que está pasando, hoy, en este escrito no pienso tocar, ni de pasada, temas que afecten al negocio bancario. No vaya a ser que me sitúe en una posición políticamente incorrecta y caigan sobre mí todos los males de la ultraprogresía de esta España (perdón) en que vivimos. El tema de los bancos lo dejaré para otro día. Hoy me gustaría hacer algún comentario sobre algo que está muy de moda: las cláusulas suelo. Al fin y al cabo son cosas que no termino de entender y quizás alguien que lea estas líneas pueda aportar alguna luz para su comprensión por mi intelecto.
Analizando mi mundo económico, la verdad es que veo mínimos por todos lados. Son muchísimas las transacciones económicas en las que las empresas, de una forma directa o indirecta, aplican un mínimo a los precios que establecen. Al revisar el recibo de la luz, resulta que hay un concepto que pagamos aunque no se encienda una bombilla. Algo así como la potencia contratada. Da igual que ponga la lavadora o que lave los trapos a mano. Yo, gaste o no gaste, religiosamente pago. Y no lo entiendo. Ni el señor de la compañía de la luz ni ningún notario han conseguido explicármelo. Es más, ni siguiera lo han intentando. Pero es que resulta que lo mismo pasa con varios conceptos del recibo del agua. No tienen más que comprobarlo. Dejen un mes el grifo cerrado y verán el recibo que les viene a pesar de no haber gastado nada. Comprueben además el recibo del teléfono. Consumo, siete euros. El resto, hasta cincuenta, que alguien me lo explique. ¿Serán esto cláusulas suelo?
En todos los recibos que he analizado hay conceptos fijos que irremediablemente pagas independientemente de que consumas o no. Pero es que resulta que ni el super de moda, ni la tienda de muebles desmontados, me trae la compra a casa a no ser que el importe de la misma pase de un umbral determinado. Quizás estoy obsesionado, pero yo veo cláusulas suelo por todos lados. También el que me trae a casa la compra que he hecho por internet, pone un mínimo al precio de su envío. Comprueben ustedes las tarifas en muchos parkings. Primer minuto: un euro. Resto de minutos: dos céntimos. Hasta los bares de copas utilizan esta cláusula: Primera copa: seis euros. Segunda: Gratis. La última duda que me ha surgido es si será cláusula suelo la bajada de bandera de los taxis. Sólo por entrar, ya cobran unos eurillos. Y no voy a entrar en tasas del sector público o semipublico o lo que cobran algunos representantes laborales por sus gestiones. Todo el mundo parece que tiene unos costes de estructura que cubrir por debajo de los cuales no le merece la pena trabajar.
Visto lo visto y dado que yo no entiendo esto de los mínimos, ni un señor notario me lo ha explicado cuando entro al parking, creo que deberíamos crear una plataforma de "Stop mínimos" hasta conseguir que algún tribunal nos respalde para tu total eliminación.
Y por cierto. Se me ha roto el auto. No entiendo de coches ni nadie me explicó cuando lo compré cómo funcionan los motores, ¿No podría pedir al fabricante que me devolviera la pasta que me costó?
Analizando mi mundo económico, la verdad es que veo mínimos por todos lados. Son muchísimas las transacciones económicas en las que las empresas, de una forma directa o indirecta, aplican un mínimo a los precios que establecen. Al revisar el recibo de la luz, resulta que hay un concepto que pagamos aunque no se encienda una bombilla. Algo así como la potencia contratada. Da igual que ponga la lavadora o que lave los trapos a mano. Yo, gaste o no gaste, religiosamente pago. Y no lo entiendo. Ni el señor de la compañía de la luz ni ningún notario han conseguido explicármelo. Es más, ni siguiera lo han intentando. Pero es que resulta que lo mismo pasa con varios conceptos del recibo del agua. No tienen más que comprobarlo. Dejen un mes el grifo cerrado y verán el recibo que les viene a pesar de no haber gastado nada. Comprueben además el recibo del teléfono. Consumo, siete euros. El resto, hasta cincuenta, que alguien me lo explique. ¿Serán esto cláusulas suelo?
En todos los recibos que he analizado hay conceptos fijos que irremediablemente pagas independientemente de que consumas o no. Pero es que resulta que ni el super de moda, ni la tienda de muebles desmontados, me trae la compra a casa a no ser que el importe de la misma pase de un umbral determinado. Quizás estoy obsesionado, pero yo veo cláusulas suelo por todos lados. También el que me trae a casa la compra que he hecho por internet, pone un mínimo al precio de su envío. Comprueben ustedes las tarifas en muchos parkings. Primer minuto: un euro. Resto de minutos: dos céntimos. Hasta los bares de copas utilizan esta cláusula: Primera copa: seis euros. Segunda: Gratis. La última duda que me ha surgido es si será cláusula suelo la bajada de bandera de los taxis. Sólo por entrar, ya cobran unos eurillos. Y no voy a entrar en tasas del sector público o semipublico o lo que cobran algunos representantes laborales por sus gestiones. Todo el mundo parece que tiene unos costes de estructura que cubrir por debajo de los cuales no le merece la pena trabajar.
Visto lo visto y dado que yo no entiendo esto de los mínimos, ni un señor notario me lo ha explicado cuando entro al parking, creo que deberíamos crear una plataforma de "Stop mínimos" hasta conseguir que algún tribunal nos respalde para tu total eliminación.
Y por cierto. Se me ha roto el auto. No entiendo de coches ni nadie me explicó cuando lo compré cómo funcionan los motores, ¿No podría pedir al fabricante que me devolviera la pasta que me costó?
Genial Manolo.
ResponderEliminarHaces un análisis certero, como siempre.
Habría que pensarse lo de la plataforma de Stop mínimos. Con esas premisas acabaríamos viviendo en guetos que se financiarían por sí mismos los servicios mínimos para subsistir. En el barrio tal se pagarían su suministro de Gas y Agua, en el de al lado sólo la luz, y así. Adiós a los servicios sociales, a las infraestructuras, a la educación pública, a la sanidad, a las pensiones, y a todo lo demás. Si no se asume solidariamente el coste del bienestar, de los servicios, el resultado sería una auténtica desvertebración social, un caos. Lo malo de los que hacen análisis sesgados -sectarios- de la situación, es que exponen sólo las partes que les interesan sin tener en cuenta el conjunto, y como en general el nivel de análisis crítico de los receptores de estos mensajes es bastante pobre, se dan con frecuencia a la demagogia.
Me voy ahora mismo a pedir que me devuelvan lo que me costó el coche, que a mí también se me ha roto.
Gracias Pedro, a veces hay que poner un poco de humor en las cosas de la vida. A ver si nos devuelven la pasta de los coches....
EliminarManuel, es un honor para mí que me menciones en tu blog; espero que Hacienda no me persiga por esto.
ResponderEliminarEs verdad que te hice ese comentario pero no porque no me parezcan interesantes, quiero aclarar, sino para poder disfrutar de tu clarividencia en otros asuntos. Y entiendo, y lo hemos hablado, que es muy difícil alejarse de lo que uno conoce sin sentir el miedo, o respeto, de opinar sin tener la información suficiente. Por ejemplo: yo no podría hablar de cómo se siente un multimillonario porque no lo soy, ni siquiera lo he sido, y tampoco espero serlo. Pero sí puedo opinar sobre cómo los veo. ¿Qué cómo los veo? Con mucha envidia….creo.
Respecto a la cláusula suelo, te hago una pregunta que confirma la universalidad de su existencia: ¿cuantas veces has dicho?....”Ah no, yo no voy, si no es para estar mínimo una hora, yo no voy” …o, “¿un huevo frito? ...si no son dos, no me pongas nada” …o, “¿la siesta?…menos de 20 minutos, ni hablar” …o, ¿un polvete al día?...¡¡por favor!!...que menos que…bueno…estoooo…de qué estábamos hablando…? Ah!! Sí. Lo del suelo…pues eso.
Marcelino.
Siento disentir de ti, pero creo que algún día, podrás hablar de cómo se siente un multimillonario, aunque no esperes serlo. Por lo que respecta a los mínimos, ahora por fin lo he entendido, sobre todo en lo del polvete. De hecho yo siempre he dicho eso: "Para echar sólo uno, no voy". También acabo de entender lo del Poltergeistm, por la de fantasmas que hay...
EliminarManolo, buen artículo, pero lo veo un poco desfasado, porque creo que las cláusulas de moda son las de "subsuelo". Qué avance sería tener cláusulas suelo para la actividad política, o para acceder a los estudios superiores o a las direcciones generales de algunas entidades financieras, o..... Por cierto, cuando encuentres un tribunal que te respalde en tu justa pretensión dímelo, puede que hayas descubierto la octava vía para demostrar la existencia de Dios, con permiso de Santo Tomás.
ResponderEliminarMiguel buena puntualización la del subsuelo. En cuanto a los jueces, hablaremos otro día. Eso son palabras mayores
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