viernes, 7 de octubre de 2011

Agencias de Rating: un cáncer para la economía

A pesar de la culpa que tienen en todo esto, siguen ladrando y lo que es peor se las sigue escuchando.  Esta tarde me encuentro con la noticia de que Fich    (agencia de rating, como ellos se califican) ha bajado su calificación crediticia al Reino de España en dos escalones (o dos noches como ellos dicen). Igualmente nos encontramos con que Moody's rebaja la calificación de doce bancos británicos, incluido el Santander, U.K.
A mí estas noticias me sacan de mis casillas. ¿Cómo es posible que a estas empresas, culpables hasta la médula del origen de la crisis financiera internacional, se las siga escuchando?. Muchas de las inversiones realizadas en la época precrisis se hicieron en función de esa calificación crediticia. Estas agencias asignaban unos ratings magníficos a países y empresas a los que ahora ponen por los suelos. No solamente no advirtieron del peligro de muchas emisiones, sino que ellos mismos las refrendaron con una magnífica calificación. Además de no servir para nada por un trabajo nefasto, su actuación amplifica los movimientos expansivos de la economía y ayuda a hundir más a Empresas y Estados en los momentos depresivos. Han ganado miles de millones calificando con triple A bonos estructurados que eran auténtica basura y ahora vienen de salvapatrias bajando ratings a mansalva en todo el espectro económico. Si estas calificaciones de rating las pagaban los propios emisores, ¿dónde estaba la independencia de los calificadores para marcar el rating?. Si estas empresas indicaban el riesgo que se asumía al invertir en determinados bonos y no han acertado ni uno ¿no sería el momento de que alguien les pidiera responsabilidades? No pueden irse de rositas por una actuación cuanto menos lamentable que ha llevado a muchas empresas de inversión, bancos entre ellas, a invertir en bonos, como los griegos,  con una excelente calificación y que se han ido al traste totalmente. 
Que alguien las denuncie por favor, y si nadie lo hace, que se callen por lo menos.