lunes, 9 de abril de 2012

Las tijerillas

Como ahora tengo todo el tiempo del mundo, hoy he estado de viaje viendo cosas con otros colegas de paro. Ha hecho un día excelente en la costa y creo que lo hemos aprovechado bien. A la vuelta nos hemos detenido en un pueblo de esta magnífica geografía que tenemos para tratar de comprar pan en un excelente horno de leña. No hemos tenido suerte con lo del pan, porque ya no quedaba nada que nos interesara, pero como a falta de pan, buenas son tortas, nos hemos ido al bar/pastelería a ver lo que encontrábamos en él. Estando tomando un refresco (con tapa), de pronto oigo que cae algo al suelo con un sonido metálico. Me vuelvo y veo unas pequeñas tijeras, que diligentemente recojo. Pertenecen a mi vecino de barra. Un señor mayor que recibe de vuelta las tijerillas con un cariño excesivo. Y ahí comienza a contarnos su historia. Las tijeras tienen cincuenta y un años. Se las dieron en Alemania, en la Bayer, en el año 61, el día que empezó a trabajar en esa empresa. Las necesitaba para realizar el trabajo que allí hacía. Con esas tijerillas sobrevivió a una época tremendamente difícil en España. Sacó adelante a su familia. Y está orgulloso de que, gracias a ellas, su hijo es hoy un excelente abogado, profesión con la que se gana la vida en la ciudad en que vivimos. Con esas tijerillas y muchas ganas de salir adelante, este señor, que no nos dejaba salir del bar para que oyéramos toda su historia, se embarcó en un viaje complicado, sin más recursos que su voluntad y sus ganas de trabajar. 

Esta historia me ha venido como anillo al dedo para el momento que estoy viviendo y que me tiene un poco preocupado. Ayer dejé a mi hija en el aeropuerto de Málaga. Se iba a Manchester a aprender inglés y a tratar de buscarse la vida. O no sé si se iba a tratar de buscarse la vida y de camino perfeccionar su inglés.

Entre las dos historias hay cincuenta años de diferencia. Y aunque los momentos en que se producen y las circunstancia que las rodean, son diametralmente opuestos, la esencia de las dos sigue siendo la misma, España, en dos momentos de su historia, lanza a toda una generación de jóvenes a buscar opciones de vida fuera de sus fronteras porque es incapaz de dar respuesta a las necesidades de trabajo que ambas tenían y tienen. Es cierto que los jóvenes emigrantes de hoy tienen formación, en el peor de los casos chapurrean un idioma, y sin estar sobrados, siempre disponen de una tarjeta de la que poder tirar en momentos de apuro. Pero siendo esto así, es una putada que la salida al extranjero no sea una opción, sino una obligación al ver que pasa la vida y que el trabajo no aparece ni hay posibilidades de crearlo. 

Ayer cuando volvía del aeropuerto de Málaga pensaba lo mal que lo hemos debido de hacer en este país nuestro, para que tantos y tantos jóvenes tengan de nuevo que emigrar. Hemos jugado a ricos. Diecisiete gobiernos autonómicos. Portátiles gratuitos para los peques. Un aeropuerto y una Universidad en cada ciudad. Estaciones de Ave y tranvías soterrados. Conciertos gratis para todos. Subsidios. Ayudas. Subvenciones. Todo gratis, gratis, gratis... como si el dinero público lloviera del cielo. Hemos sido los reyes del apalancamiento. Si no tenemos dinero, que nos lo presten, alguien, en algún momento lo pagará. Y si no como decían mis colegas de estudios en Bellas Artes: "que lo paguen los ricos". El problema es que ricos ya van quedando menos y los que quedan, difícilmente lo van a pagar. 

Nos hemos metido en un tremendo lío, como la familia que se endeuda hasta límites que no puede asumir, para irse de vacaciones o para pagar el convite de la boda. Hemos gastado el dinero en nada productivo y ahora ni tenemos el dinero, ni tenemos las joyas de la abuela. 

A pesar de toda esta mierda, ayer le dije a mi hija: "Cómete Europa. Teneis formación y podéis con ellos. Échale ganas. Los Españoles somos imaginativos. Trabajadores y podemos con lo que nos echen". Y hoy además, añadiría: con unas tijerillas en la mano podemos hacer lo que queramos. Hasta convertir a nuestros hijos en los mejores abogados del mundo.