martes, 10 de abril de 2012

Mizoram II

De nuevo el silencio. De nuevo los días empiezan a pasar anodinos, con su cadencia rítmica y silenciosa metidos en la rutina habitual. El proceso de la adopción es así. El que lo ha vivido sabe lo que digo. Son días y días, meses y años de espera hasta que algún día, si hay suerte, suena el teléfono. Una pequeña noticia. Un pequeño avance en el larguísimo proceso y es cómo si te hubiera tocado la lotería. El corazón se dispara y la adrenalina te recorre todo el cuerpo hasta que poco a poco, día a día, mes a año te sumerges de nuevo en la rutina de la espera. Sabes que has avanzado un paso, pero desconoces cuando llegará en siguiente. Es más, muchas veces piensas si el siguiente llegará. Y de nuevo con el tedio de la espera. 

Mizoram ha sido un paso, un tremendo paso hacia adelante porque ya pones rasgos en la cara de tu niño, pero la euforia producida empieza a diluirse con el paso de los días. Esperamos que el teléfono suene. Sabemos que va a sonar con la cara de un pequeño tras de sí. Y ese día... Ese día va a ser ¡¡¡LA LECHE!!!