lunes, 30 de junio de 2014

Las Sicav y la Estulticia

Si digo que una Sicav es una sociedad de inversión de capital variable que forma parte de las Instituciones de Inversión Colectiva, estaría diciendo algo tan cierto, como que la tierra gira alrededor del sol y tan incomprensible para el común de los mortales, como la estructura del átomo. Ahora bien, si digo que es una forma de ahorrar igual que invertir en un fondo de inversión, comprar una casa o contratar una imposición a plazo fijo, quizás nos vayamos entendiendo mejor. Vamos a suponer que este blog llegaran a leerlo mil personas que después de diez años de trabajo hubieran conseguido ahorrar cada una 2.400€. Vamos a suponer que yo fuera tan persuasivo para convencerlos de las bondades de las Sicav y los mil se decidieran a constituir una de estas sociedades para invertir sus ahorros y poder gestionarlos de acuerdo con sus criterios de riesgo e inversión. Pues podríamos hacerlo. Cada uno invertiría sus dos mil cuatrocientos euros ahorrados y entre todos tendríamos invertidos 2.400.000 que es el capital mínimo exigido.A partir de ahí podríamos ganar o podríamos perder. Esa sociedad o Sicav que habíamos creado pagaría cada año el 1% de sus ganancias. Yo, de mis 2.400 € no pagaría nada hasta que no me los llevara. Seguimos suponiendo y suponemos que después de tres años vendo mi participación y me llevo 3.000€. En ese momento pagaría lo que correspondiera de los 600€ que habría ganado. Hasta ahí, todo normal. Lo mismo pasaría si invierto en una casa, si adquiero un local o si compro acciones del Banco de Santander. Pagaría impuestos en el momento de la venta, por los beneficios obtenidos, de acuerdo con las normas tributarias. 

Esta tarde escuchaba en la radio que este tipo de inversiones son legales pero no son éticas. El mismo argumento que ha llevado a dimitir de su escaño a un flamante pero antiguo eurodiputado que se ha enterado por casualidad que tenía alguna participación en este tipo de sociedades. La estulticia de algunas personas, por desconocimiento o por maldad, no tiene límite. 

¿Donde está el problema de las Sicav? Que lo tienen. Imaginaros que yo soy un tío de pasta. De mucha pasta. Cien millones de Euros. O más.Y que necesito invertir controlando la inversión y pagando los mínimos impuestos. Pues creo una Sicav. Busco a 99 personas (el mínimo para constituir una Sicav son 100 socios) que pongan el 0,01% del capital y el 99,99% es mío. A partir de ahí tengo una inversión de 100 millones de euros de la que sólo pago el 1% de los beneficios que genere. Ese es el problema, que un instrumento que se ha pensado para que inviertan muchas personas, se tergiversa su uso y mediante un fraude de ley se utiliza para algo para lo que no estaba pensado. 

Puestos a dimitir que dimitan por pedir una factura. Solicitar una factura es lo habitual, es lo legal y es lo correcto. Lo que no es legal es pedirla sin Iva. ¿Entonces? Que se persiga el fraude, pero no el instrumento.