domingo, 26 de febrero de 2012

Al Sr. Rosell

Cada día estoy más sorprendido de lo que pasa en este país. El señor presidente de la CEOE, un organismo cuyo anterior presidente dejó mucho que desear llevando al paro a cientos de personas, se permite lanzar acusaciones contra los trabajadores acusándolos de aprovecharse del subsidio de desempleo y de no hacer nada por buscar un nuevo trabajo cuando se quedan en paro. Cuanto menos, este Señor  es un impresentable sólo por insinuar lo que ha insinuado. Efectivamente sinvergüenzas los hay en todos lados. Pero en vez de mirar a los trabajadores, que mire a su propio gremio. No son los trabajadores de este país los que reclaman una amnistía fiscal, porque no tienen nada que amnistiar. Quizás sea este señor y los que están a su alrededor los que la necesitan cuando ponen el tema sobre la mesa. Yo no necesito una amnistía fiscal Sr. Rosell, si usted la necesita, lo tiene bien fácil. Pase por caja, pague sus impuestos y a seguir trabajando. Tampoco son los trabajadores el único sector subsidiado en este país. Si quiere hablemos de las subvenciones porque en este país nadie habla de las subvenciones, uno de los mayores agujeros por donde se pierden los dineros que todos pagamos. No sé porqué tenemos que subsidiar a tanta empresa para que el empresario se llene los bolsillos. Si hay que ayudar a determinados sectores económicos, ayudémosles. Pero en cuanto empiecen a tener beneficios, que devuelvan las ayudas. ¿Porqué hay que subvencionar a fondo perdido a muchas empresas que luego tienen beneficios?. Me lo explique, Sr. Rosell.

Dedíquese a gestionar sus empresas y a no decir tantas gilipolleces.