Suscribo el título íntegramente, de hecho es lo que vengo pregonando en muchos de mis artículos de este blog desde que empecé a escribir. El seis de agosto de pasado año titulaba el escrito con el nombre de revolución. Se veía venir. Los políticos en su mundo. Una crisis profunda. Un paro galopante. El mundo árabe hecho unos zorros con sus revoluciones de pacotilla. Islandia en quiebra técnica. Era cuestión de tiempo que apareciera un movimiento de este tipo. Hay demasiada gente en paro pegada el día entero al ordenador.
Suscribo íntegramente el título pero en muy poco el contenido. Sólo veo hablar de derechos y nada de obligaciones. Derecho a la vivienda buena y barata. Derecho al consumo de los bienes necesarios para vivir de puta madre. Derecho a la cultura gratis. Transporte más barato. Matrículas más baratas. Más profesores, más médicos, más recursos sociales. Muchos derechos. Todo son derechos. Pero nadie habla de obligaciones. Pues no estoy de acuerdo. De esta crisis solamente nos pueden sacar la imaginación, el esfuerzo, y el rigor en el trabajo. Y eso no lo veo para nada ni en el manifiesto ni en las propuestas de este movimiento ciudadano.
El movimiento se proclama sin ideología política, pero no hay más que ver las propuestas económicas para saber porqué lado respira. El tufillo a antisistema le rezuma por la piel. Y es una lástima, porque estoy convencido que un movimiento auténtico de este tipo es urgente y necesario. Es cierto que hay que regenerar la vida política, pero no con demagogias sobre los políticos y los banqueros, sino con propuestas serias y reales. La persona que más debería de cobrar en el país es el Presidente del Gobierno y no como ahora que tiene un sueldo inferior al contable de muchas empresas. Menos cargos,mejores sueldos y el que robe al talego. Es cierto que hay que modificar la ley electoral, para que a un hombre le corresponda un voto y no como pasa ahora, que depende de en dónde se deposite el voto. Es cierto que hay que reformar la administración para hacerla menos costosa y más eficaz. Es cierto que hay que suprimir miles de ayuntamiento y casi todas las comunidades autónomas. En el mundo de las comunicaciones no hay falta tanta burocracia. Es cierto que hay que ayudar a los que lo necesitan y que estas ayudas deberán de ser devueltas cuando mejore la situación de los ayudados. Es cierto que los estudiantes deben de tener matricula gratis. Matrícula que deberán devolver cuando comiencen a trabajar para poder financiar a los nuevos estudiantes. Es cierto que hay que cambiar la educación y dejarse de jilipolleces. La exigencia no genera traumas de ningún tipo, en cambio la ñoñería de la educación actual alimenta a psicólogos y psiquiatras. Es cierto que hay que luchar contra el fraude fiscal y cambiar la mentalidad de la sociedad sobre los que roban al estado. Es cierto que no se puede ver como unos héroes a los que no pagan impuestos, a los que reciben ayudas cuando no les corresponden. Hay que cambiar la mentalidad para estigmatizarlos tanto si van en limusina como si van en bicicleta. Es cierto que hay que ir a un modelo productivo sostenible en el largo plazo. Hay que dejarse de hacer negocios y crear empresas. Es cierto que hace falta luchar por la máxima independencia energética. Y si no queremos nucleares ni cambio climático volvamos al autoconsumo, pero con todas las consecuencias.
De todas formas, aviso a navegantes. A ver si por los menos sirve para que los políticos despierten de una vez. En mi opinión es una pena que un movimiento de este tipo esté tomando estos derroteros. Se proclaman sin ideología pero yo no me lo creo. Propuesta nº 8: "Reducción del gasto militar". ¡Qué boda sin Mariajuana!
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